Una juerga de pelotas

Dos intentos para el éxito:

Al comenzar por primera vez esta película, me aburrí a los 20 minutos y decidí quitarla. Esta película de 2011, tiene un inicio muy lento, pero un final, para el que merece la pena esperar. El actor principal, Jason Sudeikins, como en títulos parecidos a éste, como Los Miller, nos lleva a la típica película americana, que aunque estemos cansados de ver, normalmente, acabamos viendo todos.

Para ser sinceros, estos formatos, aunque resulten muy parecidos entre sí, son divertidos y hacen que durante una hora y media, se nos olvide todo lo malo, y riamos a carcajada limpia. recomiendo esta película, y la insistencia en pasar por alto el aburrimiento inicial, para disfrutar de una buena película.

Arsénico por compasión, o el enredo en su máximo nivel

Hermanos perdidos que pertenecen a la mafia, científicos locos alemanes, gente que se cree Roosevelt... y unas entrañables tías que se dedican a envenenar a la gente mayor y solitaria. ¿Qué posibilidades hay de que todos esos elementos confluyan en la vida de un mismo hombre? Que se lo pregunten a Cary Grant, que tiene que lidiar aquí con todos estos problemas el mismo día de su boda.

Aquí comprobamos que la comedia es un género muy difícil de dominar, ya que no basta con introducir elementos extraños o graciosos sin más, sino que estos deben ser importantes luego para la trama. Es muy sencillo: puedes reírte con un gag que aparezca en el filme. Puede gustarte mucho... pero, si aparece después e influye en la resolución, a uno le aparece una sonrisa en la cara. y piensa que el cineasta sabe lo que hace.

Esta es una de las virtudes de la cinta, que por momentos hace que nos preocupemos de los personajes no solo como vehículos del humor. Esta cualidad se ha perdido en las comedias modernas con unos recursos mucho más manidos, que apenas pueden alcanzar a esta película de 1944.

¡Contestamos a todas sus preguntas!

Si tienen alguna duda sobre los contenidos de los que aquí hablamos o quieren que comentemos alguna película‚ solo tienen que dejarnos un comentario:

Acero Puro

Hugh Jackman, uno de los actores más reconocidos del mundo del cine, nos trae otro gran desastre cinematográfico. Una de las peores películas que he visto en mi vida, no solo la trama de la película deja mucho que desear, sino que las actuaciones del niño protagonista Dakota Avery Goyo y Evangeline Lilly daban vergüenza ajena.

Aunque nunca dejo de recomendar un película, precisamente porque, sí me la he tragado yo, alguien más tiene que ser el siguiente pringado. El australiano salva un poco la película, como siempre y si estáis un domingo por la tarde sin nada que hacer, es la película perfecta para echarse una siesta, bien larga.

La innecesaria escena post-créditos de Piratas del Caribe

Parece que, hoy en día, no baste con una sola película. Todas tienen que formar parte de algún complejo universo cinematográfico, de una franquicia o tener un pequeño gancho en final que nos adelante una secuela... por muy cogido por los pelos que pueda estar. Precisamente este es uno de los problemas principales de la quinta entrega de Piratas del Caribe, en la que supuestamente se eliminaron todas las maldiciones de este universo cinematográfico, en lo que debería haber sido un punto final. 

Sin embargo, de nuevo, para seguir una moda, se introduce una amenaza que ya conocíamos de anteriores películas, con la que estamos seguros de que no se puede contar nada nuevo. Sin embargo, esta franquicia, más muerta que los zombis que aparecen en sus películas, vuelve para atormentarnos y recordarnos que, para Hollywood, la gallina de los huevos de oro nunca se acaba. 

La saga Kingsman, efectiva parodia de las películas de espías

Las películas de espías, últimamente, son demasiado serias. Hasta las últimas películas de James Bond, conocidas anteriormente por sus situaciones inverosímiles y sus aventuras apasionantes, se han vuelto más realistas y oscuras, quizás por influencia de la saga de Jason Bourne.

Sin embargo, esta serie de dos películas logra jugar con los tópicos del género y entregarnos unos filmes de una acción excelentemente rodada pero que no prescinde del humor. Esto contribuye a crear un producto atractivo para las audiencias modernas y a sortear los problemas ideológicos de películas más serias, que optan por un dogmatismo nada recomendable o por una deconstrucción completa. Aquí, sin embargo, nos encontramos con una tercera vía, en la que la parodia no eclipsa a la acción.

Hasta que la ley nos separe

 Hoy compañeros hemos decidido analizar esta pelicula de Julian Moore y Pierce Brosnan, una comedia de 2004 que, pese a ser una repetición de las clásicas comedias románticas, nos deja algo con lo que pensar al finalizar.

En la época del divorcio express, matrimonios que son cada vez menos y menos duraderos, esta película hace una reflexión sobre lo necesario que es luchar por el amor aunque el divorcio parezca la única opción.

No es una cinta que nos vaya a sorprender en cuanto a diálogos y desarrollo del tema principal, pero sí que hace que paremos y miremos la vida de una manera distinta. 

Con eso me ha ganado y os la recomiendo a todos los lectores del blog, es divertida y seguro que os hará reír.